Puede que la dirección pensara que su organización estaba cubierta. Pero cuando se activó una alerta crítica un sábado por la noche, la respuesta fue un crudo recordatorio de lo que faltaba.

  • Sin respuesta hasta el lunes por la mañana, debido a la falta de cobertura por turnos 24/7.
  • El analista de turno no tenía formación en el sistema que generó la alerta.
  • Inexistencia de manuales de actuación (playbooks) para gestionar la alerta específica y sin un proceso de escalado predefinido.
  • Registros (logs) incompletos, con varios sistemas que ni siquiera estaban incorporados al sistema de monitorización.
  • La brecha de seguridad se extendió sin control durante más de 24 horas, sin ser detectada ni contenida.

Lamentablemente, este escenario es demasiado común. Muchos SOC y NOC existen técnicamente sobre el papel, pero fallan en el momento más importante: durante los incidentes críticos.

Esto es lo que suele faltar:

  • Falta de monitorización 24/7: El soporte conocido como «de guardia» (on-call) no es suficiente para responder en tiempo real.
  • Ausencia de análisis de causa raíz: El enfoque se centra en cerrar tickets en lugar de comprender y solucionar los problemas subyacentes.
  • Falta de métricas clave: A menudo se ignoran indicadores críticos de rendimiento como el Tiempo Medio de Respuesta (MTTR) y el Análisis de Causa Raíz (RCA).
  • Inexistencia de informes a nivel ejecutivo: El riesgo no se comunica eficazmente a la dirección, dejándola sin información relevante.
  • Falta de evaluaciones de madurez o validación continua: Los SOC/NOC a menudo carecen de las evaluaciones periódicas necesarias para asegurar que evolucionan para hacer frente a las amenazas crecientes.
  • Responsabilidades poco claras: La responsabilidad en la gestión de incidentes suele estar indefinida, lo que provoca confusión y lentitud en la respuesta.

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